martes, 20 de octubre de 2009

no hay palabras más que estas

Nunca quise usarte como una salida,
pero debo decir que me agarraste desprevenida
porque acabo de darme cuenta que sigo herida.

Por mucho que me disculpe y diga que lo siento,
no cambiará el hecho que el pensamiento
no era más que una máscara del sentimiento.

Tengo demasiadas caídas por delante
y tú, tú tienes el alma de un diamante;
mereces algo mejor que la mitad de esta amante.

No tengo el valor para hacerte caer,
así que te hago sufrir y me quedo para ver.
Soy lo más cobarde y cruel que puede haber.

Mi mente me dice que por lo menos lo intenté,
pero no sentí esa chispa cuando te besé,
y no sé cómo decirlo, o incluso si lo diré.

Y cuando el telón cae, no hay nadie a su lado.
Este es el final que todos han esperado;
el que juega con fuego termina quemado.

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