domingo, 11 de enero de 2009

introducción

Punto a:
no esperemos
poder entender
las verdades
del amor,
mucho menos en
estas edades,
tan llenas de
vacilación,
confusión
e incoherencia.

Punto b:
he tratado,
tras ardua investigación,
de reunir evidencia
para demostrar
que lo que uno siente,
siendo adolescente,
no es verdad;
pero no hay mucho
que yo pueda decir,
pues me encuentro
fuera de mi área,
siendo nada más
que un conejillo de indias.

Punto c:
más de una vez
se han visto casos
en los que
se han tomado vidas
o han quedado espíritus
eternamente desamparados
a causa de lo que
hemos decidido declarar
no es más que
"un ataque hormonal".

Punto d:
para evitar el aburrimiento
y común procedimiento
de la descripción exacta
de estos sentimientos tan extraños
y escalofriantemente peligrosos,
yo escribo poemas,
y los comparto con el mundo
en un esfuerzo colectivo
de acumular información sobre el caso
y descifrar los misterios
de la adolescencia.

Conclusión:
sean todos bienvenidos
a lo que promete ser
una montaña rusa
de sentimientos;
líneas y párrafos
dedicados a la confusión
que va junto a la declaración
de los pensamientos
de una joven que descubre
que apenas está
comenzando a vivir.

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